Con la llegada de la temporada de lluvias, las grandes ciudades como la Ciudad de México se enfrentan a un problema recurrente: la aparición de peligrosos socavones en las calles. Estos hoyos en la carpeta asfáltica, que en apariencia parecen inofensivos, esconden un peligro latente debajo de la superficie.
Según la investigadora del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Wendy Morales Barrera, el agrietamiento del suelo y la presencia de materiales sueltos son los principales culpables de la formación de estos socavones. Cuando las lluvias intensas filtran a través de estas grietas, arrastran partículas del subsuelo, dejando cavidades que eventualmente colapsan.
Antigüedad, un factor clave en los socavones
Un factor clave en la proliferación de socavones es la antigüedad de la infraestructura hídrica de la capital mexicana. Según datos de transparencia del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, el 37% del agua transportada se pierde en fugas, y gran parte de la red de drenaje y agua potable tiene más de 50 años de antigüedad.
Para Morales Barrera, la solución pasa por una reestructuración integral de esta infraestructura envejecida. Sin embargo, los residentes como el entrevistado, que ha vivido en la misma zona durante 22 años, han presenciado múltiples reparaciones que no han logrado solucionar el problema de manera definitiva.