En su regreso al ámbito competitivo global, Paola Pliego, quien decidió representar a Uzbekistán tras años de conflicto con organismos deportivos nacionales, debutó en el Mundial de Esgrima de 2019 con una derrota frente a Natalia Botello, oriunda de México, quien se impuso 15-14 en un combate de alta exigencia celebrado en Budapest.
Pliego, nacida en Ciudad de México en 1994, enfrentó diversos obstáculos legales y administrativos que la alejaron de las selecciones nacionales. La polémica surgió en 2016 cuando se le impidió participar en los Juegos Olímpicos de Río tras un falso positivo por dopaje. Posteriormente, la esgrimista inició un proceso legal contra la CONADE, instancia que, según una resolución judicial de 2020, debe pagarle 15 millones de pesos por concepto de daño moral.
¿Por qué Paola Pliego dejó de representar a México?
El cambio de federación se originó luego de que la Federación Mexicana de Esgrima (FME) le negara la oportunidad de competir tras una serie de irregularidades. El caso comenzó cuando en pruebas del laboratorio antidopaje, coordinado por la CONADE, se detectó modafinil en su sistema. Aunque nuevas pruebas descartaron la sustancia, su exclusión se mantuvo. La imposibilidad de defender al país en competencias internacionales obligó a Paola a buscar alternativas.
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Finalmente, en 2019, oficializó su cambio de nacionalidad deportiva y comenzó a competir por Uzbekistán, dejando atrás los colores que la acompañaron durante sus primeros años de trayectoria. Durante su estreno con su nueva bandera, enfrentó en el Mundial a una vieja conocida del circuito nacional, Natalia Botello, quien actualmente representa a México. La victoria de Botello no solo eliminó a Pliego de la justa, sino que marcó el inicio de un nuevo capítulo entre dos caminos deportivos divididos por decisiones administrativas.
¿Qué sucedió con la demanda de Paola Pliego a la CONADE?
El proceso legal que inició la atleta fue resultado directo del daño causado por el falso positivo en dopaje. En 2020, un juez determinó que la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte debía pagar una compensación de 15 millones de pesos, además de daños, perjuicios y costas judiciales. La sentencia responsabilizó al laboratorio mexicano encargado de las pruebas, que operaba bajo supervisión de la CONADE. Aunque la decisión fue favorable, en ese momento no se concretó el pago, prolongando la resolución financiera de un caso que se arrastró por años.
El expediente judicial con número 731/2018 concluyó con un fallo definitivo que ordena resarcir a la esgrimista por los años perdidos fuera del alto rendimiento y la mancha en su historial deportivo. Mientras tanto, Paola continúa su carrera bajo otra bandera, aunque sus duelos siguen cruzándose con el talento nacional.
