La trágica historia de Sissoko, rival de Cruz Azul en Concachampions

Aboubacar Sissoko, elemento del Forge, que visita a Cruz Azul por la Concachampions, vivió etapas trágicas antes de ser futbolista profesional

Internacional
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El Forge canadiense, club que enfrenta a Cruz Azul por los octavos de final de la Liga de Campeones de la Concacaf, no cuenta con un equipo de estrellas o jugadores de renombre; sin embargo, tiene entre sus filas a Aboubacar Sissoko, un futbolista cuya historia es digna de admirar.

Aboubacar, nacido el 9 de octubre de 1995 en Bamako, Malí, perdió -en sendos episodios- a sus padres y él mismo se puso frente a frente con la muerte. Sólo la resiliencia, una herencia de su madre, Yacine Coulibaly, pudo sacarlo adelante y llevarlo a cumplir el sueño que gestó a partir de 2006, cuando se mudó a Canadá con su familia.

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A Yacine, ha relatado el mediocampista, le debe todo. Fue ella quien lo impulsó a no renunciar al balón y aferrarse a su objetivo; esto sucedió en 2019, cuando el conjunto con sede en Hamilton, Ontario, lo cortó de sus filas. Aboubacar siguió adelante con los Carabins, su equipo de la universidad y, en 2020, se hizo acreedor al Premio Atlético del Teniente Gobernador, lo que le valió para volver a la Canadian Premier League.

Lamentablemente, para el momento en el que recibió el reconocimiento, su madre ya no estaba con él. Falleció por causas naturales, a los 57 años de edad, un par de meses antes. “Ella venía a todos mis partidos, me cuidaba. Puedo decir que estoy aquí por ella. Es una tragedia, pero así es la vida”, dijo, al terminar la premiación.

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Sissoki estuvo cerca de perder la vida

Para Aboubacar, dicho deceso significó la orfandad. Ocho años atrás, su padre, un trabajador de aviación, también murió.

Entre ambas pérdidas, el joven amante del balompié también se aproximó a la muerte. En 2014, después de colaborar a la clasificación de Malí para la Copa del Mundo Sub-20, Sissoko volvió a Canadá. Al llegar, cuenta, pasó algo inesperado que lo internó en el hospital por algunas semanas.

“Estaba con mi hermano en su coche, salí del auto y ¡boom! Sucedió. Tres días más tarde, desperté en el hospital”, relata.

Debido a una infección de malaria, cayó en coma. Afortunadamente, despertó sin secuelas y, a partir de entonces, percibió su vida de una manera distinta.

“Después de eso, fui un hombre nuevo. Disfruto mi vida, estoy feliz de estar en buena forma y no enfermo. Estar en el hospital fue muy duro. Esa experiencia me ayudó a ser una mejor persona. Soy un sobreviviente”, reflexiona.

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Aboubacar Sissoko ha atravesado capítulos de terror y, de alguna manera, siempre salió avante. Estar abajo por un gol no representa un obstáculo significativo para alguien que cayó, enfermó, sobrevivió y, más importante, se superó.

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