Religioso en Chilpancingo: “Desde los 43, la población no estaba tan harta; confiaban en Alejandro Arcos”
El padre Filiberto Velázquez informó que, a pesar del terror tras el asesinato y la decapitación de Alejandro Arcos en Chilpancingo, la población exige justicia.
En Chilpancingo, Guerrero, la tortura, asesinato y decapitación del presidente municipal, Alejandro Arcos, provocó terror y hartazgo en la población ante el incremento de la violencia extrema perpetrada por grupos del crimen organizado. Ante el hecho de descubrir los restos desmembrados de un político que se caracterizó por querer llevar paz a la región, se encendió un sentimiento de justicia por parte de los pobladores.
Asesinato provocó un terror en la población, pero valientemente exigen justicia y no quieren impunidad
Existe una verdad absoluta: Urge paz en Guerrero. Cuando las autoridades no están haciendo mucho; la fe es la única esperanza, el padre Filiberto Velázquez ha luchado fuertemente para llevar un mensaje de conciliación a pesar de ser intimidado por grupos criminales.
En entrevista en Hechos AM con Otoniel Martínez, Vaitiare Mateos y Leo Arriaga, el religioso compartió su postura sobre si existe una salida ante la ola de violencia en escalada y si podría ponerse peor.
“Estamos aquí viviendo un hecho, digamos inédito, no es de que no hemos experimentado la violencia de una manera cruel como esta; recordemos, hace un año, seis cabezas decapitadas en la ciudad, también exhibida, con un mensaje para la expresidenta municipal y, hablando sobre los videos, hemos tenido otro tipo de masacres, pero nunca habíamos ‘shokeado’ tanto a la sociedad como lo hizo este acontecimiento. Manda un mensaje a la clase política, no sólo a la local, sino también a la estatal y federal. ¿Dónde empieza la voluntad para poder cambiar las cosas? Y ¿Dónde termina con la impunidad que existe y que ha permitido que estos hechos se puedan hacer? De todos estos hechos que te he narrado, pues de ninguno se tiene todavía justicia, vemos que hay una impunidad del casi 99 por ciento de los hechos de homicidios dolosos y no hay una disminución; hubo cuando se pudo generar condiciones de paz y tregua entre estos grupos, pero que vemos que ya no alcanzan, no alcanzan las oraciones, las voluntades para que esto sea posible.
“Estamos muy tristes, pues el señor Alejandro (Arcos) se había comprometido desde los diálogos nacionales de paz, desde la agenda nacional de paz, estaba convencido de generar condiciones de paz en Chilpancingo, aun sacrificando su vida, es lamentable lo que pasó, se sacrifica para que existan condiciones de paz. No sabemos ahora, de los esfuerzos que haga la federación, son quienes tienen esa responsabilidad de fuerza y organización de estrategias para que al menos se pueda garantizar la paz en Chilpancingo y que no se inicie una nueva guerra entre estos grupos”, explicó el religioso.
Violencia no está normalizada, población está indignada
La definición en el Código Penal Federal de nuestro país de terrorismo significa y se define como la realización de actos violentos para infundir el terror, el exhibir así, la cabeza del alcalde de la capital del estado de Guerrero provoca sin duda terror, miedo en la población; ¿cómo vive así la población y los feligreses?
“Pensamos, y muchas veces se ha dicho que nos hemos acostumbrado a la violencia, pero yo creo que este hecho nos demostró que nadie se ha acostumbrado a la violencia y jamás nos vamos a acostumbrar, la muestra fue que miles de personas salieron ayer indignadas, nunca habíamos visto, después de los hechos de los 43, la indignación de la sociedad de manera tan natural y un hartazgo, pues al final se tenía una esperanza en la ciudad, con un mensaje propositivo para cambiar las cosas y digamos se les arrebató. Hay terror, pero también indignación. Las personas no solamente se paralizaron del miedo, sino que, al contrario, se está exigiendo públicamente justicia, porque al final sabemos cómo operan los grupos en las regiones, seríamos muy ingenuos de saber más o menos cómo fue el móvil. Entonces las autoridades tienen que hacer un trabajo muy exhausto y deben tener resultados pronto, para que ese hartazgo no se convierta en ingobernabilidad en el municipio y en el estado.
“Tenemos que levantar la bandera de la paz, por el bien del Chilpancingo, y desde la fe, estamos llamados a eso, a ser pacíficos y ojalá podamos unirnos para seguir generando condiciones de estabilidad en el municipio, llamo a todos los actores que puedan permitir que las personas puedan seguir haciendo sus vidas de manera pacífica. Una guerra en el municipio sería devastador para la gente, pues lo único que quieran tener paz”, explicó el padre Filiberto Velázquez.