En el campo mexicano también se cosecha sangre. Productores avícolas denuncian a un grupo del crimen organizado que los tiene amenazados y los extorsiona.
“Todo está controlado, nadie puede vender por su cuenta. Tenemos miedo y luego cómo vamos a denunciar”, señaló a Fuerza Informativa Azteca (FIA) un productor avícola de La Laguna bajo anonimato.
Avicultores, bajo el acecho de grupos criminales en México
Avicultores de la Comarca Lagunera, en límites de Durango y Coahuila, se unen en un grito de auxilio en contra de grupos criminales. A ellos les arrebataron la comercialización de un subproducto, la pollinaza, que sale de sus granjas y es convertida en alimento procesado.
“Grupos empezaron a condicionarnos que le vendiéramos a ciertas personas, con sus condiciones y sus precios. Compañeros reportaron que llegaba gente armada a las granjas”, relató de forma anónima un productor avícola de La Laguna.
“Al principio nos bajaron como un 30 por ciento el precio. Andaba como en mil 800 o mil 600 la tonelada. El primer precio que ofrecieron fue mil 200 y ya lo fueron bajando. Lo más que ofrecen ahora son 200 pesos. Ya mucha gente ni siquiera la vende”, comentó el productor avícola.
30 por ciento de las ganancias acaban en manos del crimen organizado
Así fueron matando un negocio donde se producían 200 mil toneladas al año y donde el crimen organizado se queda con por lo menos el 30 por ciento de las ganancias.
“Somos 23 aquí en esta granja y entre nosotros hacemos las labores. Empleados únicamente tenemos dos o tres. Es el negocio en general del sector, porque aquí en la región hay 180 granjas avícolas”, explicó el productor avícola de La Laguna.
Criminales controlan a comerciantes en Gómez Palacio
Así, a la mayoría de las granjas las doblegaron a sangre y plomo. Las historias se extienden como un cáncer al comercio. En Gómez Palacio, Durango, los comerciantes denuncian el control de grupos criminales en todo.
“Agremiados que cuentan con quintas que rentan para fiestas familiares o reuniones son obligados a que el producto, el alcohol que vaya a tener el evento, lo tengan que comprar en determinado lugar, forzosamente al precio que ellos determinan. Desgraciadamente, nos vemos en el total abandono”, señaló Alberto Abdo, presidente de la Unión de Comerciantes de Gómez Palacio.
Los dueños de camiones materialistas tampoco se salvan.
“Se ostentan como gente del crimen organizado. Ahora llegan con armas. ¿Qué sindicato necesita armas? Es muy difícil trabajar aquí en la comarca. Todos trabajan bajo el miedo. Los camiones están parados. Ellos son los que ponen los precios y monopolizan el mercado”, denunció un materialista de La Laguna.
Es una economía criminal, denuncian, que ha crecido ante la omisión de la federación.
“Está matando a la economía mexicana, que depreda desde la pequeña tortillería hasta la gran empresa transnacional. Es un desincentivo para la inversión y le quita la paz a las familias mexicanas”, advirtió Víctor Hernández, director del Instituto Latinoamericano de Estudios Estratégicos.
Al final, todo esto genera una narcoinflación desde las entrañas del campo y termina por alejar a la gente de sus tierras.