En el contexto del próximo presupuesto federal en México, se proyecta una recaudación de más de 9 billones de pesos provenientes de los impuestos que los ciudadanos pagan. Sin embargo, hay una inquietud generalizada sobre la falta de participación ciudadana en las decisiones sobre cómo se gasta este dinero.
La responsabilidad de la asignación de recursos recae exclusivamente en el gobierno y los diputados, como si estos fondos fuesen de su propiedad.
¿Cuál es la propuesta de Morena?
La reciente propuesta del partido Morena sugiere una reasignación de 38 mil millones de pesos. Este movimiento implica transferir recursos de ciertos sectores a otros, evidenciando un enfoque que, a menudo, parece más político que estratégico. Por ejemplo, se contempla reducir el presupuesto de órganos autónomos, con recortes de 30 mil millones a estas instituciones, 14 mil millones al Poder Judicial y 13 mil millones al Instituto Nacional Electoral (INE). No obstante, áreas críticas como salud, seguridad y reactivación económica no recibirán asignaciones adicionales, lo que plantea interrogantes sobre las prioridades del gobierno.
Como si esto fuera poco, la clase política también ha tomado la iniciativa de decidir quién debe recibir más fondos, basándose en la agenda del gobierno actual. Este tipo de decisiones, cuestionadas por muchos, provocan un descontento social que no debe ser subestimado.
Además, el endeudamiento del país es motivo de preocupación. El próximo año, cada mexicano, incluidos los que aún no han nacido, podría tener que afrontar una deuda de al menos mil millones de pesos, sumando intereses que complican aún más el panorama financiero.
Es vital que la ciudadanía exija mayor transparencia y responsabilidad en la gestión del presupuesto, para asegurar que las necesidades colectivas sean atendidas de manera equitativa y eficiente. La asignación de recursos debería ser un proceso inclusivo que refleje verdaderamente las prioridades de la sociedad mexicana.
