Así se vivió el Cuernavaca Sunrise: Música, frío, atardeceres y un show de Caifanes que unió generaciones

El Cuernavaca Sunrise dejó mucho más que música: dejó historias, sonidos, energía cálida y el recuerdo de un atardecer que convirtió a Morelos en un escenario perfecto. Así se vivió el festival que unió generaciones, emociones y una vibra que solo quienes asistieron pudieron sentir.

Así se vivió el Cuernavaca Sunrise: Música, frío, atardeceres y un show de Caifanes que unió generaciones
Actualizado el 01 diciembre 2025 16:38hrs
Música
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Cuernavaca Sunrise 2025 se vivió como pocos festivales en el país. Aunque a horas tempranas el frío se sintió, cientos fueron los que se dieron cita para vivir un momento muy especial. Desde la entrada, el aroma a comida, los colores pastel, el campo abierto y la puesta de sol adornando el escenario junto con la vibra relajada confirmaban que este festival tenía un espíritu diferente: un toque de primavera incluso en pleno cambio de estación.

Caifanes encendió una llama que cruzó generaciones

A pesar de que todas las bandas lograron prender a la gente, desde jóvenes músicos que buscan su lugar en la escena hasta grandes leyendas que cerraron el festival. Sin duda, uno de los momentos más esperados es cuando Caifanes subió al escenario; el ambiente cambió, Little Jesus ya había encendido la mecha, el ambiente se sentía alegre; luego con DLD, la nostalgia, el amor y el dolor se hicieron presentes y, por supuesto, desde el “¡Olé, olé, Caifanes!”, ya todo había cambiado.

Para quienes lo vivieron, este momento colectivo unió generaciones; nietos y abuelos, parejas y jóvenes descubren la magia de una de las bandas insignia de la escena nacional. Sin duda, al comenzar a cantar, los años se hicieron presentes, pero lo que parecía un riesgo terminó siendo uno de los actos mejor recibidos del festival.

Un lineup que conectó con todos: rock, nostalgia y baile

Además de Caifanes, el festival reunió a cuatro de las bandas mexicanas más queridas de los últimos tiempos. Odisseo, provenientes de Ecatepec, inundaron el ambiente con su pop alternativo; DLD aportó fuerza y energía desde el Estado de México; Porter hizo vibrar al público con su identidad sonora única; y Little Jesus cerró con esa frescura capitalina que siempre invita al baile. Titán, con su rock electrónico, llevó al cielo a los asistentes mientras Pehuenche abría el desfile de talentos con canciones sacadas directo del corazón.

Una tarde que se volvió recuerdo

Sin lugar a duda, el Cuernavaca Sunrise no solo dejó una gran sensación de que la escena nacional está más viva que nunca, sino que en armonía es posible convivir y disfrutar de nuevas creaciones hasta clásicos indiscutibles.

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